Quiero ser inversionista

Por: Gloria Ayala 
Quien desconoce las opciones existentes para realizar inversiones suele tener un natural y sano temor hacia los instrumentos financieros pero, lastimosamente, el precio de ese desconocimiento es alto, pues deja de ganar dinero y además se condena a tener como única fuente de ingresos a su propio trabajo.

No importa si sos empleado, profesional independiente, comerciante, empresario, ama de casa, estudiante o jubilado; todos necesitamos aprender sobre inversiones para lograr que nuestro dinero sea el que trabaje por nosotros, ya sea para tener un “colchón financiero” en caso de imprevistos o para alcanzar metas que podemos visualizar con anticipación, para así evitar endeudamientos innecesarios.

Tipo de inversiones 

Una definición simple de inversión sería: colocar dinero en un proyecto o un negocio con la expectativa de ganar más dinero asumiendo el riesgo que ello implique. Entonces, podemos señalar que existen inversiones no financieras e inversiones financieras.

Las inversiones no financieras serían aquellas que requieren de gestión para lograr la ganancia, algunos ejemplos podrían ser comprar mercadería para vender, construir dúplex para la venta, alquilar locales comerciales, comprar ganado e innumerables otras opciones.

Las inversiones financieras, en cambio, implican colocar dinero en un instrumento financiero o bursátil y otros se encargarán de la gestión, ofreciendo a cambio del capital una expectativa de ganancia dependiendo del tiempo de aplicación del dinero, de la moneda y del monto a invertir. Independientemente al tipo de inversión que estés interesado en realizar, es importante que analices siempre tres dimensiones en tu cartera de inversiones, buscando la ponderación óptima acorde a tu perfil inversor.

Rentabilidad: Es la ganancia o beneficio que se espera obtener.

Riesgo: Directamente proporcional a la ganancia, no existen inversiones sin riesgos, lo que el inversor puede hacer es atomizar sus inversiones de modo a también distribuir el riesgo en distintos activos.

Liquidez: Capacidad de un activo para convertirse en dinero, con relación al tiempo que llevaría y al precio con que se liquidaría.

Entonces, podríamos señalar que el Mercado de Capitales consta de un mercado monetario (donde se intermedia dinero) y un Mercado de Valores (donde se intermedian títulos valores) y las entidades que componen cada mercado emiten documentos que corresponden a los comprobantes de las inversiones realizadas.

En el mercado monetario tendríamos a los bancos, financieras y cooperativas de ahorro y crédito. Estas entidades reciben depósitos a la vista o a plazo. Cuando los montos depositados se encuentran disponibles en cualquier momento se los denomina a la vista y generalmente ofrecen ninguna o muy baja tasa de interés, justamente porque el interés es el precio del dinero en el tiempo y como este no es un factor determinado en la caja de ahorro o cuenta corriente, tampoco le corresponde un beneficio.

En cambio, cuando el depósito se realiza a un plazo previamente establecido, se entiende que el dinero no estará disponible durante ese tiempo para el inversor y, por ende, corresponde el reconocimiento con el pago de intereses por dicho lapso. Estos depósitos se ven representados en un título que usualmente recibe el nombre de certificado de depósito de ahorro (CDA).

Los bancos, financieras y cooperativas (en general) también pueden intervenir como empresas emisoras en el mercado de valores, en donde, al igual que las empresas de distintos rubros de la economía, pueden emitir títulos bursátiles. Entonces, cuando emiten títulos que representan capital los inversores adquieren acciones y cuando emiten títulos que representan una obligación o deuda, los inversores pueden adquirir bonos.

Los CDA emitidos por bancos y financieras fiscalizados por el Banco Central del Paraguay son títulos nominativos libremente transferibles por endoso, lo que sumado al hecho de que cuentan con la cobertura del Fondo de Garantía de Depósitos, por un monto equivalente a 75 salarios mínimos (a la fecha casi G. 138 millones), permiten que gocen de una alta popularidad gracias a la rentabilidad que ofrecen, al bajo riesgo y a su alta liquidez.

 De acuerdo a su renta 

Los instrumentos financieros y bursátiles pueden ser clasificados acordes a su renta (rentabilidad, ganancia o beneficio) en títulos de renta fija o títulos de renta variable.

Serán de renta fija cuando, al momento de adquirirlos, conocemos la rentabilidad y demás condiciones, es decir, cuando, cuánto y cómo nos pagarán, por lo tanto, constituye una obligación para el emisor. Serán de renta variable cuando tenemos una expectativa de ganancia, pero el resultado no constituye una obligación del emisor, sino que el accionista (inversor) corre el riesgo del negocio acorde a las condiciones del mercado.

Las acciones son la mínima parte en que se divide el capital de una empresa y anualmente otorgan derecho su poseedor a cobrar las utilidades resultantes del ejercicio anterior, por lo tanto, si bien varía la rentabilidad, usualmente, constituye un importe superior a una colocación de renta fija.

El mundo de las inversiones, además de ser apasionante, provee a los inversores de interesantes opciones para cobrar ingresos pasivos, por ello es fundamental estar abiertos a seguir conociendo las alternativas que ofrece el mercado de capitales en nuestro país. Sigamos hablando de dinero, así aprendemos a manejarlo mejor.

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