Por: Detzani Téllez
Para muchas personas las fiestas decembrinas no significan felicidad. Hay quienes padecen de depresión invernal o trastorno afectivo estacional; para ellos, el cambio de temporada es más que un breve episodio de tristeza.
Este padecimiento aparece
justo en los meses en los que disminuye la intensidad solar y tiene una explicación biológica: en invierno hay menos cantidad de luz en los días,
la cual necesitamos para producir una hormona que regula los ciclos de
actividad: la melatonina. Carecer de ésta provoca
insomnio y menos ganas de realizar actividades de acuerdo con la
Coordinación de Enseñanzas de Investigación de los Servicios de Atención
Psiquiátrica de la Secretaría de Salud de México.
No poder levantarse
de la cama, sentir apatía, falta de apetito y llorar frecuentemente son los síntomas
de depresión estacional.
Otros signos de alerta que padecen estos pacientes son dejar de dormir y carecer de líbido. En el terreno psicológico, son: sentirse minusválido, desesperanzado y con ideas suicidas, así como tener poca confianza en sí mismo.
La prevalencia de depresión estacional es mayor en mujeres de entre 20 y 30 años que en hombres. El componente hormonal es uno de los causantes que genera un desequilibrio de tipo emocional, lo que las hace más susceptibles a padecerla.
El 10% de la población padece este trastorno en la temporada invernal, según datos de la Secretaría de Salud; a partir de los 13 años un hombre presenta la enfermedad por cada dos mujeres. Antes de esa etapa la prevalencia se iguala uno a uno.
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La incidencia de consulta y de casos nuevos de depresión aumenta tres veces en la época invernal.
Las personas no acuden de inmediato a servicios médicos, sino que dejan que los
síntomas se agraven, y en primavera o verano, sucede la detonación del padecimiento.
Los pacientes se dan cuenta de que sienten un profundo cansancio, agotamiento,
decaimiento y falta de energía para realizar la actividad habitual, de acuerdo
con los especialistas.
La depresión invernal permanece latente durante el resto de
la vida. Sin embargo, puede vivirse con ella si se sigue el tratamiento
adecuado.
Algunos remedios para
prevenir la depresión invernal
- Exponerse a la primera luz del día
- Buena alimentación
- Una buena relación familiar y mantener redes de apoyo con
familia y amigos
- Si ya se tiene la enfermedad, los tratamientos que ayudan
a mantenerla a raya son: medicamentos, apoyo psicoterapéutico y el fundamental:
la fototerapia, que conste en
iluminar al paciente, lo cual manda una señal a la glándula pineal generando
cambios fisiológicos para engañar al cuerpo, haciéndolo pensar que todo el año
es primavera.
Si no se detecta a tiempo o se evade el seguimiento, la enfermedad puede terminar en suicidio o en padecimientos maniáticos según la Secretaria de Salud.
Asociación Civil que
recomiendo:
-www.aporta.org.mx/sanegidiomexico
Sant'Egidio opera desde más de 47 años en el campo de la
educación a favor de la infancia en dificultad, de la prevención de la
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