¡Qué poder tan grande hay en todos nosotros!
Esta es una libertad que nadie, ni estando en el más recóndito de los calabozos, nos puede quitar: El poder de decidir nuestras actitud.
"No podemos cambiar el pasado, y aún algunas situaciones del presente, pero SIEMPRE somos dueños de decidir la actitud que tomamos hacia las situaciones que vivimos".
Es notable la historia de Armando Valladares, un ciudadano cubano que pasó más de veinte años en las cárceles políticas de Fidel Castro, viviendo en las más atroces circunstancias.
En medio de esa terrible situación que tuvo qué sufrir por tanto tiempo, él tomó una decisión: No permitiría que sus carceleros se adueñaran también de su alma ni de su espíritu.
No teniendo nada más con qué escribir, plasmó el siguiente poema usando su propia sangre como tinta:
Me lo han quitado todo
las plumas,
los lápices,
la tinta,
porque ellos no quieren
que yo escriba
y me han hundido
en esta celda de castigo
pero ni así ahogarán mi rebeldía.
Me lo han quitado todo,
-bueno, casi todo-
porque me queda la sonrisa,
el orgullo de sentirme un hombre libre
y en el alma un jardín
eternamente florecido.
Me lo han quitado todo,
las plumas,
los lápices,
pero me queda la tinta de la vida
-mi propia sangre-
y con ella escribo versos todavía.
No hay nada qué agregar a este hermoso ejemplo de una actitud casi celestial.
Hoy, recordemos que un Creador de Posibilidades SABE que siempre es dueño y señor de su actitud.
Y que con ella, puede caer o puede elevarse a alturas insospechadas.
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