Blanca Patricia
Galindo
¿Eres un mal jefe?
¿Qué dicen tus palabras?
Cuando alguien inicia un negocio, sobre todo en el
caso de las micro, pequeñas y medianas empresas (Pymes), busca tener una buena relación con sus
trabajadores, pero no siempre lo logran, ya sea por inexperiencia o por su
propio temperamento personal.
Muchas son las frases que, si no se sabe cómo decirlas o en qué momento hacerlo, pueden causar un gran daño ya sea al negocio mismo o a la persona hacia la que van dirigidas, de ahí la importancia de ser conscientes del rol que jugamos dentro de nuestro propio espacio.
Cuando solemos
dirigirnos de manera ofensiva o
despectiva hacia una persona en un lugar de trabajo, los efectos nocivos son inmediatos. Entre las “malas frases” que se
suelen decir se encuentran “¡aquí mando yo!”, “¡aquí se hace lo que yo digo!”, “¡nadie te pidió tu opinión!” u
otras peores.
Si alguna vez las has dicho en tu empresa, evítalas en adelante y permite que tus empleados sean tu principal activo, que lleguen a trabajar con todas las ganas del mundo y que sientan que el negocio es parte de tu vida. Esto no sólo generará un gran ambiente laboral, sino que además los resultados que se obtengan serán mejores.
Para esto, tu gran
reto como empresario es utilizar tu
inteligencia emocional, saber cómo reaccionar
ante situaciones inesperadas y ser empático con las necesidades de cada uno
de tus trabajadores. No se trata que les tengas que resolver todo, porque no
son tus amigos, sino de saber qué les puede
afectar en un día normal de labores.
Olvídate de sacar tu
ira ante tus colaboradores, también de que te vean débil o dudoso ante una
decisión, recuerda que tanto tú como
ellos son lo mejor de tu empresa, lo más valioso y seres que piensan y
sienten.
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