Capitalismo consciente

Por Saúl Sánchez Macías y Carlos Enrique Garcés Ventosa


Capitalismo Consciente es una idea, un movimiento, una manera de hacer negocios y una organización. El Capitalismo Consciente promueve el poder de los negocios para servir a la humanidad.

Los norteamericanos John Mackey y Raj Sisodia, autores del libro Capitalismo Consciente, afirman que las empresas sufren de una mala imagen de marca. Y para qué hablar del modelo neoliberal o capitalista, siempre en la línea de fuego, y los escándalos financieros salidos a la luz en años recientes que, por cierto, en nada han ayudado a perfilar de una manera positiva el que hacer de la empresa.

El Capitalismo Consciente se basa en los fundamentos del capitalismo: intercambio voluntario, emprendedurismo, la libre competencia, la libertad de comercio y el estado de derecho. Esto es esencial para el funcionamiento de una economía sana, al igual que otros elementos del Capitalismo Consciente incluyendo la confianza, la compasión, la colaboración y la creación de valor.
"El Capitalismo Consciente se basa en los fundamentos del capitalismo: intercambio voluntario, emprendedurismo, la libre competencia, la libertad de comercio y el estado de derecho. Esto es esencial para el funcionamiento de una economía sana, al igual que otros elementos del Capitalismo Consciente incluyendo la confianza, la compasión, la colaboración y la creación de valor".


El Capitalismo Consciente se basa en cuatro principios:

  • El Propósito superior, toda empresa debe tener un objetivo que va más allá de solo ganar dinero, un propósito elevado que inspire a las personas y grupos de personas en la empresa y alrededor de ella que creen y ofrezcan valor para sí mismos y para otros.
  • La Orientación Integral, la empresa debe crear valor de manera conjunta con sus grupos de interés o stakeholders (inversionistas, empleados, clientes, proveedores, comunidades y medio ambiente).
  • El Liderazgo Consiente, la empresa debe contar con líderes conscientes que entienden que su rol es servir al propósito de la organización, apoyar a las personas involucradas y crear valor para todos los grupos de interés.
  • La Cultura Consciente, es el ethos de la empresa es decir sus valores, principios y prácticas que subyacen a su estructura social y que se proyectan en el entorno organizacional y conectan a los grupos de interés entre sí, con las estructuras, ideas y procesos que componen a la empresa.



Sin duda, las empresas constituyen uno de los agentes de cambio más influyentes de la sociedad, impulsoras del progreso, la mejora en la calidad de vida, la inserción social, la innovación, el avance científico, y un sinnúmero de logros, que muchas veces pasan inadvertidos. Para Mackey y Sisodia, esta contradicción se debe, en gran parte, a que aún persiste la creencia de que el objetivo último de la empresa es la maximización de utilidades para los accionistas.

Se trata de una cosmovisión del ámbito de los negocios que es difícil de cambiar, porque incluso hoy, cuando no pocos han intentado contrapesar esta imagen con campañas de responsabilidad social, reportes de sostenibilidad, premios de diversa índole y _guración destacada en rankings, generalmente este tipo de prácticas se enmarcan dentro de programas puntuales de la empresa.

Raj Sisodia afirma que los negocios deben mirarse como un todo orgánico: un ecosistema complejo, flexible, en permanente evolución, en el cual el equilibrio está dado por la interdependencia de cada una de sus partes o grupos de interés (stakeholders). La buena o mala salud de cualquiera de sus miembros, afecta al todo. Es en esta misma línea que Porter nos habla del valor compartido.
"Raj Sisodia afirma que los negocios deben mirarse como un todo orgánico: un ecosistema complejo, flexible, en permanente evolución, en el cual el equilibrio está dado por la interdependencia de cada una de sus partes o grupos de interés (stakeholders). La buena o mala salud de cualquiera de sus miembros, afecta al todo. Es en esta misma línea que Porter nos habla del valor compartido".

Bajo esta flosofía de negocios, el fin de la empresa es la creación de valor para todos sus stakeholders, sin hacer diferencias de énfasis de un grupo por sobre otro. Los liderazgos conscientes tienen una mirada de largo plazo, de bien común y nunca pierden de vista el sueño que dio origen al negocio. No es solamente la búsqueda de rentabilidad lo que debe gatillar un emprendimiento, sino que hacer un aporte a la sociedad, generando riqueza, agregando valor para todos y entregando un bien útil, bello o verdadero. Ese es el sueño que busca persuadir, no sólo a quienes idearon un negocio en su origen, sino también a las nuevas generaciones de inversionistas, que harán que la empresa perdure en el tiempo.






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